viernes, 1 de mayo de 2015

El deseoso (La regata)

Retrato de Tio Paquete y Francisco Goya

La regata me trae en los jarrones de la memoria las primeras flores de mayo. Vasijas, meses, mares, flores. Con bastón- lejísimo- jaloneo por el asa uno verde. Lo compré en Hoboken para ponerle ramas de eucalipto. Batalla aquella contra mis calcetines. Aquel aire insoportable de La Parálisis. En cuanto a la mar. Hay muchas. A veces emerge una con faro y deja de ser mar para ser playa. Pero cuando miro hacia el horizonte siempre estoy en una playa. Y si elimino la playa estoy en un avión, y tan inerme aquello, somete un color demasiado incierto para ser mar. Y enumero por los años, si es trauma la mar, los viajes por las ranuras de julio y agosto. Algunos rostros que perdí en esos confines cuando en los bares pedía Todo por la frialdad anónima de las cervezas. Y cuando hoy caminé por debajo (otra vez) de la magnolia, apareció la regata. Sin nadie. A la deriva. Allí flotando no había cervezas al lado de los pétalos regados en el arcén. 

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