viernes, 8 de mayo de 2015

El deseoso (Tres palabras)


A través de la aguja de madre, enhebrada cinco veces microscopio, vengo linaje de dudosos algodones de inmigrantes pirenaicos cortado por las sambumbias tropicales. Y cuando creo que llego, (soy) el revés. El niño zurcido en la cintura de las siestas- algarabía hace un rato sobre la mesa. Lentejas vertidas en el mantel, todavía el mosquero rondando hasta que el propio asco hace estrago. Tirado en el catre el vapor del mediodía me desgancha cuando pasa la máquina de Don Miguel rumbo a su casa. Hacia el confín. Creo. Y el silencio cruje, un galeón y Gulliver por las paredes zarpa. Se abre la puerta del armario con el chirrido de su presión oscura y acoge a mis hermanos fugitivos. Cuando mi hermana tumba el jarrón comienza el encanto. Premuras. El escándalo. Madre corre. Padre despierta y Qué cojones. Mi hermano llora. Y yo, mirando al techo de zinc, en poco me diluyo. Oliéndome la fana me concentro en tres palabras: alforfón azufaifo fotuto. 

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