martes, 7 de diciembre de 2010

Motete

Doblégase el ras de la boca. Di con un gran espacio para que perneara la incertidumbre. Y bueno, me puse ese tabacón injurioso, impertinente. Y es fiel que trame. Que revoque ese tome y se vuelque con su farda de trapos.

Mira. Ostento heridas como recuento ovejas. Pongo en los residuos como muerdo las onomatopeyas de Berger King. Esos fetiches, diestras, corolas, calcomanías, Deuteronomio. Esa escasa distancias entre las faldas de las lomas.

Sube el solaz humo por el canto. Hasta arriba su taburete. Desde. Secuestre. Toque los leves vellos del gorjeo.

Me apunto con esta historieta. La vuelvo a contar en otro sitio, fuera de las alegorías que educan o inician. Digo. Las intuiciones. Los rastros de la sangre. Pliegos sobre pliegos. Gaznate florido de motetes.

Me pongo en posición prohibida. Me duermo sobre la almohada de molsa que me han dejado los reyes magos

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